Mis inicios en el mundo gamer han sido tardíos, me gustaban mucho los ordenadores, pero más enfocado a programación, no fue hasta pasados unos años (unos 20) que empecé a coquetear con la PlayStation.
Me encantaba jugar al Everybody’s Golf jugábamos timbas nocturnas de horas, entre refrescos (guiño, guiño) y risas.
Después vinieron juegos más belicosos como el Mortal Kombat, Street Fighter, Tekken… Oh! señor@s que satisfacción pegar mamporros a diestro y siniestro, sin criterio ninguno, ya que no se sabía a ciencia cierta como se conseguían los combos y al final optabas por atizarle a todos los botones posibles a la vez, eran tiempos duros para los mandos de la PlayStation, pero eran buenos tiempos para las cosas bien hechas, y resistían el feroz ataque.
También pasé muy buenos momentos con el Burnout Paradise (X-BOX), emocionante juego en el que podías empujar a tu contrincante fuera de la carretera y “volar” con la super velocidad.
Para entonces ya tenía la PlayStation 2 y el tema de los gráficos había subido de nivel.
Después la vida, empezó a cobrar sus facturas y la verdad es que dejé de jugar. Los juegos en plano de pc no me llamaban la atención y mi mano tonta para el joystick dificultaba mi enganche…así que lo aparqué.
Mis inicios en el mundo gamer por “Sugar Tiki Vr” !Llega la realidad virtual¡
Hasta que un día llego un colega con un trasto que se ponía en la cabeza y te hacía flipar. Miraba curiosa como me explicaba qué era aquello y qué ofrecía.
Tuvo la genial idea de ponerme un juego de escalada The Climb, “válgame el señor” (imagen de señora santiguándose) me puse aquello, empecé a subir, todo muy bien, un paisaje precioso oye, que maravilla, podía sentir hasta el aire en la cara… hasta que “la mano” falló y caí al vacío vertiginosamente, no sé cuánto tiempo estuve mareada y con mal cuerpo, pero fue el suficiente para no probar aquel trasto del demonio ¡nunca más!
Pero mi colega insistió y me dijo que esta vez sería diferente, que había un juego que me gustaría y bla, bla, bla… Moss
Y me enamoré, cogí un taxi y me fui a la conocida cadena de turno a por mis Oculus Quest 2 y mi vida cambió para siempre, enamorada de la realidad virtual donde he conocido a gente maravillosa, donde, aunque parezca mentira he hecho grandes amistades, amistades bonitas, de las que compartes muchas cosas, incluida una partida salvaje en un duelo de sables al ritmo de la música más actual.
Beat Saber se convirtió en mi juego favorito por todo lo que trajo a mi vida, y aunque me sigo mareando en juegos de movimiento, puedo disfrutar de mil experiencias más con este “cacharro” ¡incluyendo el meditar!
¿Quieres jugar conmigo?
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